La mutación del Atlético de Madrid se empezó a gestar el 23 de diciembre del 2011. La segunda etapa de Gregorio Manzano, como tantas otras en el mundo del fútbol, se vestía de fracaso absoluto y, en consecuencia, la cúpula directiva asumía su error y destituía al "profesor".
Entre la terna de aspirantes al banquillo del Manzanares resaltaba por encima de las demás la figura de Simeone, mito, héroe y leyenda como jugador colchonero y que, además, venía haciendo sus "pinitos" como entrenador con resultados nada desdeñables. El fichaje se hacía oficial y la afición atlética pasaba encomendarse a su, de nuevo, ídolo.
Mano dura
Mano dura
Desde el principio se notó la mano de Diego Pablo. Supo enderezar a un grupo sin afán de competitividad y semana a semana fue vistiendo de guerreros a sus jugadores, por entonces timoratos y, por qué no decirlo, cobardes. Los resultados no tardarían en llegar, consiguiendo una regularidad meritoria en comparación con el fútbol mediocre que le precedía, logrando además justamente el billete para la final de la Europa League, donde aplastaría en la final por 3-0 al Athletic de Bilbao de su colega Bielsa. Aquella misma temporada, el equipo finalizaría en la quinta posición a tan sólo dos puntos de la Champions. Posteriormente, derrotaría al Chelsea en la Supercopa de Europa más que justamente,
Durante aquél verano el Cholo consiguió retener a Falcao en el Vicente Calderón ante la amenaza de magnates varios, y además rodeó al colombiano de una pila nutrida de notables jugadores que acabarían dando muy buenas alegrías a la parroquia local.
Hablamos de gente como Juanfran, al que redescubrió como lateral derecho llevándolo a la selección, hablamos también de la dupla Miranda-Godín, posiblemente a día de hoy, aunque no guste, la pareja de centrales más fiable de Europa. La sobriedad de Filipe, siempre correcto por el flanco izquierdo. Todo ello resguardado por Courtois, no vamos ahora a descubir al belga. No sería justo.
Cuarteto modélico
Cuarteto modélico
Pero ha sido y es el centro del campo donde Simeone ha moldeado más a su antojo al Atlético de Madrid. Es ahí donde se ve y de qué manera la mano y los criterios de un entrenador. El cuarteto Gabi-Mario-Koke-Arda es y será una obra de arte diseñada por el argentino a conciencia. Sin mucho brillo y glamour siendo honestos pero sí con una personalidad demoledora en base a coraje, oficio y pundonor. Cuatro jugadores comprometidos por la causa. Una sinfonía perfecta.
Gabi y Mario asfixiando al rival en labores defensivas. El primero ejerciendo y dando ejemplo como capitán en todas su dimensiones y el segundo creciendo a pasos agigantados como pulmón infatigable.
Koke, un faro que no deja de alumbrar. Palpable, visible. Iniciando y liderando la transición del juego de ataque junto a Arda, que es quien percute una y otra vez ejerciendo de embellecedor con quilates de calidad. Lo de Koke, insisto, es antológico. Jorge Resurrección, del poco se sabía hace año y medio, está llamado a ser un referente en el fútbol español. Brasil ya no es un sueño. Desde luego que no.
Cuatro peones entrelazados entre sí, sabedores de su rol en el equipo y que se han empapado de la filosofía de su entrenador plasmándola sobre el terreno de juego.
Koke, un faro que no deja de alumbrar. Palpable, visible. Iniciando y liderando la transición del juego de ataque junto a Arda, que es quien percute una y otra vez ejerciendo de embellecedor con quilates de calidad. Lo de Koke, insisto, es antológico. Jorge Resurrección, del poco se sabía hace año y medio, está llamado a ser un referente en el fútbol español. Brasil ya no es un sueño. Desde luego que no.
Cuatro peones entrelazados entre sí, sabedores de su rol en el equipo y que se han empapado de la filosofía de su entrenador plasmándola sobre el terreno de juego.
En la punta de ataque, Radamel Falcao como estrella y Diego Costa como acompañante de lujo completaban un 11 demoledor, bien engrasado y conjugado en todas sus formas verbales como ninguno. Todos ellos, como equipo y bloque modélico, fueron capaces de ganar al Real Madrid en la final de la Copa del Rey, no sin suerte, mucha suerte. Neptuno se erigía como inesperado triunfador en la capital cuando todos auguraban fiesta y de las gordas en la vecina Cibeles, que se acostaba aquella noche huérfana de protagonismo y condecoraciones.
En Liga, conquistarían su objetivo principal, meterse en la Champions League por el camino directo como tercer clasificado. Los sueños se cumplían y el club presidido por Enrique Cerezo veía como en un año y medio el devenir de su escudo se volteaba con tres títulos por el camino.
Pese a los logros, Radamel Falcao ponía fin a su etapa como colchonero, algo que se veía venir, y emigraba al Principado de Mónaco en busca de más y más plata. Cochino dinero. El vacío dejado por el delantero sudamericano era a priori un lastre a llevar en la mochila durante una eternidad, pero como ya ocurriese con la salida del Kun, el Atlético se movió como un lince en el mercado de fichajes y ató al 7 de España, el Guaje Villa por la pírrica cantidad de 3 millones de euros. El asturiano, al que muchos veían equivocadamente en él un exjugador tras su salida gris del FC Barcelona, sigue aportando goles y experiencia. Jugadorazo.
Diego Costa, versión 2.0
Además, el arquitecto Simeone fichaba, sin desembolso alguno, a la nueva versión de Diego Costa. Lo del hispano-brasileño, o mejor dicho, lo del español ahora ya a todos los efectos, no tiene palabras ni calificativos. Su explosión goleadora y de generación de juego ha sido tal que ya nadie sabe donde están fijados todos sus límites. En el Manzanares ya nadie se acuerde de Falcao. Por algo será.
Transcurrido un tercio de competición de la actual temporada 2013-2014, nos topamos con un Atlético de Madrid colíder junto al FC Barcelona en el campeonato liguero, habiendo ganado de por medio en el Santiago Bernabeu, donde zarandeó brutalmente a su eterno rival por momentos pese al escueto 0-1 final. Qué repaso, señores. No se pierdan el vídeo adjunto que resume el vendaval rojiblanco en Concha Espina. Previamente, se dejó por el camino una Supercopa de España que mereció tanto o más que el equipo del Tata Martino.
Además, ha finalizado primero de grupo en la máxima competición europea donde le bastaron cuatro partidos para certificar su pase a octavos por la puerta grande, lo que le permitió jugar los dos últimos choques compitiendo como nadie con varios suplentes de lujo ante equipos inmersos en la batalla por la segunda plaza. Veremos qué le depara el sorteo del próximo lunes.
Roles aceptados
Si algo ha aprendido el Cholo respecto al año pasado es a tener a su plantilla hipermotivada. Los fichajes de este verano han dado mayor profundidad a la plantilla y todos o casi todos se sienten importantes en la plantilla sea cual sea su rol. Al once titular ya conocido por todos se unen jugadores que aportan, y mucho, como lo son Raúl García, al que me atrevo a confirmar como, a día de hoy, el jugador español más en forma. Brutal lo del navarro. 9 goles en 19 partidos, los mismos que marcó en toda la temporada pasada. Sin palabras. La selección es una utopía porque lo tiene que ser dada la filosofía de Don Vicente, pero no debería ser así. En otra época sería capitán general.
Junto a él, jugadores como Thiago, el Cebolla, Alderweireld, el diamante en bruto Oliver Torres, Adrián, Manquillo e Insúa, entre otros, aúnan todas las cualidades que un equipo debe tener. Al menos el del Cholo.
Con el partido de vuelta de Copa como mero trámite ante el modesto Sant Andreu, estamos ante una oportunidad histórica para el Atlético de Madrid. Aunque muchos, la mayoría, lo sigue viendo como un equipo que se acabará desinflando como un globo que acaba de pinchar, creo sincera y honestamente que este equipo está llamado y en disposición de alcanzar metas inimaginables hace escaso tiempo.
Que nadie ponga en duda que luchará por avanzar sin límite alguno en la Champions hasta Lisboa y no seré yo quien se sorprenda si el próximo 24 de mayo vemos a Gabi levantar la ansiada orejuda, Difícil, muy muy difícil siendo honestos, pero no imposible. De la misma manera que si este equipo no sufre alguna lesión de peso de aquí a final de temporada luchará hasta el final por ganar la Liga y revalidar su condición de actual campeón de la Copa del Rey.
Es innegable que este equipo, este equipazo, compite como nadie en España y como pocos en Europa. En mi opinión, mejor que el FC Barcelona, que parece vivir de rentas y de los automatismos del pasado, y mucho mejor que el Real Madrid, anquilosado en su osada y brutal pegada y en unas carencias como equipo visibles por todos.
Diego Costa, versión 2.0
Además, el arquitecto Simeone fichaba, sin desembolso alguno, a la nueva versión de Diego Costa. Lo del hispano-brasileño, o mejor dicho, lo del español ahora ya a todos los efectos, no tiene palabras ni calificativos. Su explosión goleadora y de generación de juego ha sido tal que ya nadie sabe donde están fijados todos sus límites. En el Manzanares ya nadie se acuerde de Falcao. Por algo será.
Transcurrido un tercio de competición de la actual temporada 2013-2014, nos topamos con un Atlético de Madrid colíder junto al FC Barcelona en el campeonato liguero, habiendo ganado de por medio en el Santiago Bernabeu, donde zarandeó brutalmente a su eterno rival por momentos pese al escueto 0-1 final. Qué repaso, señores. No se pierdan el vídeo adjunto que resume el vendaval rojiblanco en Concha Espina. Previamente, se dejó por el camino una Supercopa de España que mereció tanto o más que el equipo del Tata Martino.
Además, ha finalizado primero de grupo en la máxima competición europea donde le bastaron cuatro partidos para certificar su pase a octavos por la puerta grande, lo que le permitió jugar los dos últimos choques compitiendo como nadie con varios suplentes de lujo ante equipos inmersos en la batalla por la segunda plaza. Veremos qué le depara el sorteo del próximo lunes.
Roles aceptados
Si algo ha aprendido el Cholo respecto al año pasado es a tener a su plantilla hipermotivada. Los fichajes de este verano han dado mayor profundidad a la plantilla y todos o casi todos se sienten importantes en la plantilla sea cual sea su rol. Al once titular ya conocido por todos se unen jugadores que aportan, y mucho, como lo son Raúl García, al que me atrevo a confirmar como, a día de hoy, el jugador español más en forma. Brutal lo del navarro. 9 goles en 19 partidos, los mismos que marcó en toda la temporada pasada. Sin palabras. La selección es una utopía porque lo tiene que ser dada la filosofía de Don Vicente, pero no debería ser así. En otra época sería capitán general.
Junto a él, jugadores como Thiago, el Cebolla, Alderweireld, el diamante en bruto Oliver Torres, Adrián, Manquillo e Insúa, entre otros, aúnan todas las cualidades que un equipo debe tener. Al menos el del Cholo.
Con el partido de vuelta de Copa como mero trámite ante el modesto Sant Andreu, estamos ante una oportunidad histórica para el Atlético de Madrid. Aunque muchos, la mayoría, lo sigue viendo como un equipo que se acabará desinflando como un globo que acaba de pinchar, creo sincera y honestamente que este equipo está llamado y en disposición de alcanzar metas inimaginables hace escaso tiempo.
Que nadie ponga en duda que luchará por avanzar sin límite alguno en la Champions hasta Lisboa y no seré yo quien se sorprenda si el próximo 24 de mayo vemos a Gabi levantar la ansiada orejuda, Difícil, muy muy difícil siendo honestos, pero no imposible. De la misma manera que si este equipo no sufre alguna lesión de peso de aquí a final de temporada luchará hasta el final por ganar la Liga y revalidar su condición de actual campeón de la Copa del Rey.
Es innegable que este equipo, este equipazo, compite como nadie en España y como pocos en Europa. En mi opinión, mejor que el FC Barcelona, que parece vivir de rentas y de los automatismos del pasado, y mucho mejor que el Real Madrid, anquilosado en su osada y brutal pegada y en unas carencias como equipo visibles por todos.