jueves, 23 de octubre de 2014

Mascherano, el jefecito nunca fue central

A menos de 48 horas para que el clásico eclipse España entera se empieza a hablar, y mucho, de las posibles alineaciones que presentarán sendas escuadras a su paso por el Santiago Bernabeu.

Mientras que en el entorno madridista se palpa que Carletto apostará por el mismo once que liquidó al Liverpool en Anfield en cuarenta y cinco minutos, son varias las incógnitas que se están focalizando sobre el plantel que alinee Lucho en su primer Madrid-Barça como entrenador. Busquets y Luis Suárez posibilitan diversas opciones entre las que elegir.

Salvo caída de última hora de la convocatoria del de Badía, lejos de su mejor versión por cierto desde hace demasiado tiempo, todo apunta a que Mathieu y Mascherano actuarán como centrales. Y digo actuarán porque ninguno de los dos son centrales, nunca lo han sido, si bien es cierto que al galo se le fichó para desempeñar ese rol este verano, guste o no. Pero eso ya es otro tema.

Me centraré en la figura del argentino. Mascherano no puede jugar más como central salvo en un escenario crítico repleto de bajas. Lo siento pero no. Es un crimen, un atropello innecesario. Simplemente, porque es un insulto al fútbol. Un insulto al ver cómo un excelso medio centro defensivo, pivote, ancla, cortafuegos, me es indiferente, queda retratado cada dos por tres condenado a una ruleta rusa que elige a su antojo llegar o no un segundo tarde a cada acometida que protagoniza el jefecito.

Vuelta a las andadas

Los fichajes del jugador francés y el inédito Vermaelen hacían presagiar que Masche no volvería a copar uno de los dos puestos de la defensa barcelonista. Piqué, ya lo hemos desenmascarado en este blog, Bartra, Mathieu y el belga parecían conformar cuatro opciones de garantías que liberasen a nuestro protagonista de exponerse a un calvario bastante frecuente, a un cara o cruz que no le corresponde, que le otorga coraza de héroe cuando acierta y rebaña el balón y lo condena sin embargo a pedir perdón ante los medios cuando llega tarde, acusa su falta de estatura o simplemente los delanteros top a los que se enfrentan se aprovechan de sus miserias tácticas en espacios reducidos.



Masche, en Wembley




Mascherano ganó en Wembley la Copa de Europa jugando como central, sí, lo vi con mis propios ojos, pero lo hizo porque por entonces no había alternativa, y lo hizo, sí, porque por entonces el FC Barcelona era un rodillo inmejorable que no dejaba respirar al rival y robaba con facilidad el balón en campo adverso. Igualito que ahora. Para Pep fue una necesidad, para Tito un buen parche y para el Tata fue su primera opción aludiendo que contaba en un primer momento con recuperar a Puyol. Lamentable e infame pero cierto.

Falta saber qué es Macherano para Luis Enrique, si bien todos los indicios y pistas que ha ido mostrando sobre el tapete hablan de desconfianza hacia Piqué y Bartra en partidos de primera línea como lo fue hace escasas semanas en el Parque de los Príncipes, escenario en que David Luiz supo ponerse el 9 a la espalda ante las lagunas tácticas dentro del área de Javier. Tanto el pasado martes como ante el Eibar Masche jugó en el centro del campo ante la baja de Busquets, mientras que ha jugado de central ante el Elche en la primera jornada, donde fue expulsado, Athletic de Bilbao, Levante y Granada. Cuatro de siete partidos posibles con rotaciones de por medio que no han sido más por lesiones.

Responsables con nombre y apellido

No me gustaría que este escrito se entendiera como el intento de desprestigiar al jefecito, por favor, no, siendo que es un ejemplo en cuanto a lo que significa la palabra compromiso. No es esa la intención, repito. Sí es la de denunciar una situación reversible, evitable y que recae tanto en la figura del incompetente de Andoni Zubizarreta (verano tras verano sigue sin llegar un central puro y top) como en la de Luis Enrique, el mismo que hace pocos años apostaría por Bartra en el segundo equipo y ahora lo ningunea con demasiada frecuencia y facilidad, Marc Bartra, el jugador al que todos sus entrenadores del primer equipo han alabado repetidamente y ninguno de ellos se ha atrevido a darle cinco partidos seguidos. Curioso.

Bartra sigue esperando


Volviendo al clásico, veo improbable, salvo otro recital de Messi, pescar en Chamartín si Mascherano no juega mañana como pivote, Más claro no puedo ser. Tanto si juega Busi como si no, Ha de jugar en los dos casos. Se ha de tejer una telaraña que permite robar balones y salir con espacios, si no a la contra, sí con desparpajo y verticalidad, insisto, verticalidad, y es ahí donde la figura de Rakitic es innegociable. Masche ha de rememorar su papel con Argentina en el pasado mundial, el de barrer y escobar con la tranquilidad de tener a dos tíos por detrás. Dos, no uno o ninguno. Dos.


Por no hablar de su importancia para cubrir la espalda de los dos laterales, Alba y Alves, proclives a descuidar su principal misión, que no es otra que defender. Me gustaría que contasen cuántos balones absurdos pierde el brasileño el sábado y cuántas jugadas de ataque horizontal, plano, mueren  en centros nefastos e impropios de un jugador que fue años atrás el mejor lateral gracias a un estado físico que ya no permite concesiones ni privilegios. Un jugador que nunca dominó la labor de centrar balones aéreos, nunca. Nadie ha sabido enseñarle.

Finalizaré esperando por parte de Luis Enrique un once titular de cara al sábado que no difiera mucho del protagonizado por Bravo, Alves, Masche, Mathieu, Alba, Busquets, Rakitic, Iniesta, Neymar, Leo y Luis Suárez, La entrada de Xavi en el 11 por Luis Suárez poblando así el centro del campo es la única alternativa que se antoja a priori previsible.

Se imaginan a Masche y Busquets juntos en la medular? Yo, pese a desearlo, no llego a imaginarlo. Y no será porque no insista en ello.